Las que han estado en alguno de mis talleres presenciales, saben de la importancia que le doy al estudio. Tanto es así que la parte fundamental de los altares que pongo la configuran libros escritos por mujeres. Son libros que llevo de mi biblioteca, no muy amplia pero sí grande, con esa grandeza que no ocupa lugar físico. A veces me pregunto si alguien que no me conociera, hombre o mujer, al observar las estanterías de libros que tengo en casa, se daría cuenta o le llamaría la atención que el 90% de los libros están escritos por mujeres. El hecho de que tenga esta forma ha sido resultado de una necesidad que se ha despertado desde hace ya más de una década: la de leer palabras escritas por mujeres después de haber leído durante la mayor parte de mi vida palabras escritas por hombres. Puede que alguien se pregunte ¿y qué tiene que ver de dónde vienen las palabras, quién las escribe? En mi experiencia, hay veces, las menos, que realmente no importa. La mayoría, sí. Importa porque las palabras escritas por otras me acercan más a mi propia experiencia, me acercan y me ayudan a poder reconocerla y nombrarla. De ahí que, después de leer a una, quiera continuar leyendo a más y más autoras. En este gesto no hay tanto reivindicación como reparación. Leer a otras lo siento como un acto de restitución de las palabras de las mujeres en mi vida, palabras que siento en relación con mi propia experiencia y que por ello me ayudan a conocerme mejor y a quererme más. De una forma u otra, esto es algo habitual que hacemos las mujeres: buscar las palabras de otras para ayudarnos a confirmar, matizar, ajustar, comprender (entre otras muchas acciones más) nuestra experiencia del mundo. Lo hacemos en nuestras conversaciones. Lo raro es que no lo hiciéramos en nuestras lecturas. Una vez una compañera dijo de mí que, cuando hablaba, sentía la presencia de muchas otras, como si muchas mujeres estuvieran sosteniendo mis palabras. En ese momento pensé que era precisamente por esto: por escuchar y leer a otras y reconocer a través de sus palabras, mi propia verdad. Es algo que hago hasta en las clases de biodanza pues para traer mi experiencia como mujer al mundo, y llevarla a la danza, necesito las palabras de otras que la hayan nombrado antes que yo, tal y como hacía mi madre cuando me enseñaba a hablar. Leer lo que otras han escrito Respondiendo al deseo de muchas de las mujeres que se acercan a este blog y a la Moonletter, quiero dejaros esta semana del libro una breve bibliografía femenina a modo de muestrario de hilos preciosos de los que ir tirando para hacer cada una su propio telar. La elección es puramente personal. Los libros está elegido por lo que me han descubierto de mí misma y de la vida en los últimos años. Son libros que me han ayudado y siguen ayudando a reconocer mi experiencia femenina en el mundo y nombrarla. Son libros que me generan contento pues me ensanchan el alma. A la hora de acercaros a ellos, no hay orden ni concierto, más que el que os dicte vuestro sentir. Dentro de ellos, encontraréis otros tantos traídos por las escritoras de forma que, lo que parece una breve bibliografía, se convierte en un mapa de mapas. Traigo también este muestrario en estos días porque si, como muchas personas sentimos, estamos en un momento de pensar y recrear el mundo que queremos después de la cuarentena -mundo que se genera en cada momento con cada acción y palabra- este mundo debe tener presente las palabras de las mujeres. Debe tenerlas presente porque siempre, a lo largo de la historia, las mujeres se han encargado del cuidado y la protección de la vida. Si queremos que la vida continúe de forma amable en el planeta, debe oírse la voz de las mujeres. Aquí os dejo este itinerario cualquiera de los múltiples y valiosos que se pueden hacer. Son solo unos pocos y faltan muchos imprescindibles. Tantos que no sería “asumible” en una entrada blog. Ojalá los disfrutéis y os abran pasajes hacia lo más verdadero de cada una, hacia esas raíces profundas.
En estos textos, y otros tantos, me apoyo también para los encuentros online en los que danzamos y escribimos en torno a las palabras de estas mujeres. Así aprendemos de ellas a salir airosas del encierro y de lo que haga falta. ¿Te ha gustado esta entrada? Únete a la Moonletter para recibir contenidos que solo comparto por e-mail. Cada lunes, día de la luna, la magia llegará a tu buzón de entrada para que te crezcan raíces por dentro y no vuelvas a perderte
1 Comment
Mar Rodrigo Rupérez
5/8/2020 11:33:47 pm
Relación excelsa de CREACIONES ESCRITAS y de MUJERES EXCELSAS. Me apasiona lo poquito que ya conozco de cada una de ellas. Gracias Vanessa por ordenarnoslas. Me inspiran las concatenaciones de música tan exquisitamente seleccionadas que te reconozco.
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