2/5/2014 0 Comments Me atrevoEn una mañana loca, loquísima, de hacer mil cosas a la vez y no centrarme en nada y no poder a la vez parar de hacer cosas, pretendo sentarme a iniciar mi cuaderno nuevo. Tiro, para ello, de las palabras de Hélène Cixous ¡Suéltate! ¡Suelta todo! ¡Pierde todo! dice Cixous, maestra donde las haya de la escritura libre, de una escritura donde el sentir domina a la razón y, con ella, a las palabras.Toma aire. Cable directo a tierra, a mi cuerpo, a mi sentir. Hazte mar adentro. Adentro, afuera, ¡qué más da! El escalofrío que precede a lo desconocido se presenta y recorre mi cuerpo. Hazte de la letra. Palabra por fin habitada, ha-bi-ta-da, habitada. Palabra como medio para sentir, para darle forma al sentir. Palabra con-sentido. Palabra comprendida con el cuerpo. Escucha: nada ha sido hallado. Nada se ha perdido. Todo está para buscarlo. Escucho, escucho, escucho: salgo de mi orden, muevo las cosas de su lugar para encontrar y seguir buscando, dejo el control, al menos lo intento, y entro sin él en el ámbito de la confianza: el mar de posibilidades que habita en lo desconocido. Allá voy. Anda, vuela, nada, salta, corre, cruza, ama lo desconocido, ama lo incierto, ama lo que aún no fue visto, ama a nadie, que tú eres, que serás. Hubo una época en la que lo hacía y disfrutaba de ello, lo hacía, a cada momento, sin pedir perdón, sin excusarme ni justificarme ante mí misma, y esa época ha vuelto. Vuelo, nado, salto, corro, cruzo, amo lo desconocido, amo lo incierto, amo lo que aún no ha sido visto, hoy, como cuando era niña y libre, hoy que soy una mujer libre. Déjate, libérate de las viejas mentiras,atrévete a lo que no te atreves. Ya está. Hoy me atrevo. Mañana no existe. Hoy me atrevo. Me atrevo.
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