10/2/2018 2 Comments Sangre de vidaIlustración de Raquel Riba Rossi Son muchas las voces que encontramos a lo largo de la historia en defensa de la menstruación, voces femeninas que se alzan libremente introduciendo en el mundo su experiencia de la menstruación ante la tremenda propaganda impulsada tanto por la religión como por la filosofía y la llamada ciencia médica. Probablemente, una de las más famosas sea Hildegarda de Bingen, una de nuestras abuelas sabias europeas conocidas. A lo largo de su vida no tuvo reparo en amonestar públicamente a varios hombres “santos” y “sabios” de su época. Una de sus amonestaciones fue precisamente en relación a la larga lista de impurezas que sobre la menstruación refleja el Antiguo Testamento. Frente a esto, Hildegarda afirmó que “lo verdaderamente impuro no es la sangre menstrual, sino la sangre de las guerras”. Esta afirmación está llena de autoridad femenina, es decir, de la fuerza de vida que pone la vida en el centro de la misma. Algo parecido afirmó Judy Granh en la década de los 40:
Además de declarar públicamente su desacuerdo con afirmaciones de los textos sagrados, Hildegarda también trató la menstruación en sus libros de medicina. En concreto en el Libro de medicina sencilla hace un análisis de los humores corporales referidos a las mujeres en el que le quita todo el sentido peyorativo dado por los médicos anteriores a la sangre menstrual y rescata de nuevo el sentido original de fluido de creación de vida. Hildegarda la presenta como el lugar donde, unido al espermatozoide, se crea la vida. Ante el desconocimiento del óvulo en aquella época (el óvulo fue descubierto mucho después, en 1827) , la capacidad de creación es puesta en la sangre menstrual.
Hoy en día sabemos que Hildegarda no estaba muy alejada de la realidad, ya que la sangre menstrual es un fluido lleno de sustancias con potencia creadora de vida, entendiendo esta “creación de vida” más allá de creación de una criatura humana. Zulma Moreyra en su libro La sangre cura lo explica así: "La sangre menstrual está compuesta por sangre, tejido endometrial, el óvulo no fecundado, mucosa y algunas otras sustancias. Es portadora de hierro, lípidos, proteínas y hormonas de crecimiento, así como nutrientes que estaban destinados al feto en su etapa inicial". Pero no es solo por su contenido en proteínas, hierro y hormonas que es considerada un fluido con potencia de vida, sino por contener en ella un tipo de células madre llamadas “células regenerativas endometriales” que tienen la capacidad de regenerar tejidos y órganos. Estas células diferencia la sangre menstrual del resto de sangre “común”. En este sentido afirma que la sangre menstrual se ha utilizado como medicina desde inmemoriales tiempos para sanar heridas, tal y como lo relata Marlo Morgan en el libro Las voces del desierto al hacer referencia al uso medicinal que hacen los y las aborígenes de Australia. Esta misma idea rondaba también a Hildegarda de Bingen, quien defendió que la sangre menstrual era un remedio contra la peste. El tantra y la medicina tradicional china son tradiciones que también reconocen el potencial creador y reparador de la sangre menstrual. Ante el reconocimiento del potencial regenerador, muchas mujeres comenzaron en los años 70 preguntarse ¿por qué tirarla? Así se retomaron prácticas que se habían realizado a lo largo de la historia, como usarla para regar las plantas al modo en el que aún hoy día realizan los huicholes mexicanos para que la cosecha sea abundante. Tirar la sangre menstrual, recogerla y/o usarla es hoy en día, además de un acto simbólico, un acto político que muchas mujeres están realizando para comunicar su mensaje de la necesidad de una sociedad que de nuevo coloque la vida en el centro de la misma. Recogerla, guardarla y usarla, además de ponernos en relación con el potencial creador y regenerador que en ella se encuentra, implica una revisión de las formas en las que “la recogemos”, de las formas en las que nos relacionamos con ella y de la forma en la que tratamos a nuestro propio cuerpo durante los días de la menstruación. El lema “lo personal es político” se hace cuerpo y evidencia en la forma en la que nos relacionamos con nuestra sangre. La forma en la que nos relacionamos con la sangre es un tema fundamental del taller de Biodanza y el ciclo menstrual dedicado a la menstruación. Aquí puedes encontrar más información sobre el taller y la próxima convocatoria. Asimismo, en el grupo de estudios sobre la menstruación “El descanso del corazón”, mes a mes nos adentramos en distintas prácticas para ir profundizando en nuestra relación con la menstruación, con el descanso, con la reparación y con la sangre. Tener una relación “normalizada” con nuestra sangre menstrual es una puerta a tener una relación normalizada con nuestro cuerpo de mujer, con todo lo que ello implica. Si quieres abrir puertas y espacios nuevos en tu relación con la menstruación y con tu cuerpo, pide información sobre “El descanso del corazón”, un grupo de trabajo centrado exclusivamente en la menstruación en el que, a lo largo de 13 lunas, hacemos un recorrido extenso y profundo por distintos aspectos fisiológicos, históricos, antropológicos y simbólicos de la menstruación. Ya se está preparando la próxima edición que comenzará el 26 de diciembre.
2 Comments
Mar Rodrigo Rupérez
12/1/2018 01:38:52 pm
Me parece genial este artículo, Vanessa. Gracias, gracias, gracias. SALUD, mujer medicina! Seguimos! Abuela Mar
Reply
Vanessa
12/5/2018 05:01:46 am
Agradecida por tus atención y palabras.
Reply
Leave a Reply. |